Como se ha mencionado en artículos anteriores, la digitalización es un avance tecnológico que cobra mayor relevancia en el mundo empresarial, debido a que cada vez impacta con mayor fuerza las industrias tradicionales. Esto se debe a que, en la actualidad, representa una de las principales tendencias de gestión documental y organización de la información en el mercado laboral.
En este sentido, a través de los procedimientos que componen la gestión documental es posible automatizar tareas administrativas relacionadas con la clasificación o el procesamiento de la información existente al interior de las organizaciones; que, por lo demás, se encuentra dispuesta en documentos no estructurados (Jurado, 2017).
Como consecuencia de ello, la digitalización masiva de documentos en el ámbito empresarial se consolida como una respuesta significativa a los desafíos que plantean la creciente innovación y la contribución al mejoramiento de diversos aspectos sociales y ambientales, entre los que se destacan su aporte sostenible al medio ambiente.
Lo anterior se da en la medida en la que los procesos de digitalización suponen una reducción significativa del tiempo que se le dedica a diversas labores administrativas, del espacio que ocupan los documentos y, principalmente, del ahorro de papel, recurso esencial del que se componen los documentos físicos. Además de ello, proporciona facilidad en el acceso y la extracción de la información
La automatización de la información mediante procesos de digitalización permite, además, que se supervise y disminuya la utilización del papel, con el fin de garantizar un equilibrio entre el ahorro de tiempo, la rentabilidad, el respeto por el medio ambiente y el bienestar social. En otras palabras, los recursos digitales que se utilizan para llevar a cabo los procesos de gestión documental desarrollan y gestionan de una manera adecuada la información sin perjudicar el medio ambiente.
En definitiva, la implementación efectiva de estos sistemas se constituye como un elemento importante para establecer un entorno de trabajo virtual, transformar las capacidades de una organización moderna y su fuerza laboral (Ozaliene & Saparniene, 2009) y, finalmente, velar por la conservación del planeta que se habita. Por lo anterior, compañías como Frost se han comprometido con la responsabilidad social que implica el cuidado del medio ambiente y el aporte sostenible a la sociedad.
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Dubb
